Hay un elemento que va más allá de la terapia, que se constituye a su vez de tres componentes:
1- Esfuerzo voluntario: cuando alguien viene a terapia, el terapeuta no lo hace todo.
     El esfuerzo voluntario se relaciona con algo que nos cuesta y la disposición a hacerlo.
2- Sensación de ser: compromiso ante las resistencias que van apareciendo. ¿Para qué estoy aquí?
3- Transparencia: en lo individual, hablar de cómo se es, de la parte más censurada; por eso, es conveniente pasar por un proceso grupal, por el mayor grado de dificultades para romper el vínculo y así manejarse mejor cuando se sale a fuera.
     Una premisa de la Biogestalt es que toda terapia tiene como función desarrollar la capacidad de atención. 
¿Para qué la atención? Para pasar del estado subjetivo (dormido) a un estado de objetividad con relación a la identificación.
Los principios de la Gestalt aplicados a la terapia tienen por objeto 'despertar' al ser humano, darle instrumentos para que pueda darse cuenta de aspectos inadvertidos en su forma de ser.
El desarrollo personal implica aprendizaje  y éste se da ampliando la conciencia que tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno, lo que permite un cambio de actitud con uno/a mismo/a,  en las relaciones y con el mundo.
viernes, 15 de enero de 2010
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