La tristeza viene dada por la frustración. Posiblemente, de niños no podíamos expresar la tristeza, pero quizá tampoco había motivos para estar alegre. La frustración está en relación con la búsqueda de satisfacción, de bienestar.
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También en muchas ocasiones, no existe una sintonía entre la expresión corporal y la emoción, así por ejemplo, somos capaces de expresar algo doloroso sonriendo o decir que estamos tranquilos con tics muy evidentes. Si no encontramos nuestro propio dolor, ¿cómo nos vamos a amar? Soy un ser que siente dolor (no que sufre). El dolor da cabida al amor, a la comprensión. Por ejemplo, una separación, tome uno la decisión o no, de la pareja, de un amigo, por la muerte de un ser querido, etc., causa dolor porque da eco a otra separación y a otra, hasta llegar al corte del cordón umbilical (pérdida del paraíso). Ver esta secuencia de separaciones sirve para desdramatizar, al darnos cuenta de cuántas separaciones hemos tenido y cómo las hemos superado.
Dibujo de Iman Maleki
Acompaño esta entrada al blog con un vídeo musical de uno de mis autores preferidos: Rodrigo Leao
3 comentarios:
Entrañable recordatorio, interesante reflexión que comparto contigo.
Besos. María J.B.
descubrir que hay detrás de la rabia es un arduo trabajo de redescubrimiento y sobre todo de luchar contra la frustración de la ignorancia. La ignorancia es una pseudofelicidad
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